Los isquiotibiales (por Diego Santoro)
Este
grupo muscular se encuentra en la parte trasera de la pierna, de forma
enfrentada a los cuádriceps. Se utilizan a la hora de flexionar la rodilla y
como extensores de la cadera. Son músculos antagonistas, y esto es lo que les
lleva a sufrir algunos problemas como su acortamiento, algo que debemos tener
presente y evitar.
Los
isquiotibiales intervienen en todos los movimientos que realizamos con las
piernas, ya que es una de las partes que más se ve implicada. Por este motivo
es fundamental que tengamos presente conservar su salud a toda costa. El
acortamiento de los mismos traerá consigo rigidez muscular que iremos
notando con el paso del tiempo, ya que no nos permitirá realizar los
movimientos habituales con normalidad, además de llegar a causarnos dolor,
calambres y demás molestias que no nos dejarán realizar una vida normal.
Tener un
acortamiento de los isquiotibiales nos impedirá realizar con total normalidad
algunos ejercicios. Este problema puede ser leve, pero en muchos casos debe
requerir atención médica a causa de que el dolor y las molestias que provoca
son muy elevadas. Normalmente se produce a causa de la acumulación de tensión
en esta zona, y la falta de relajación muscular que lleva a que las fibras que
conforman los isquiotibiales se concentren y terminen por montarse las
unas con las otras y dotar al músculo de una rigidez que lo hace más corto.
Cuando esto sucede es cuando surgen los problemas de dolores de rodilla a causa
de la tensión y de descompensaciones en la pierna.
El
acortamiento de los isquiotibiales se puede evitar si seguimos una serie de
pautas. En primer lugar, la mejor manera de mantener unos músculos en perfecto
estado es a través de los estiramientos que nos permitirán eliminar
tensión de éstos, fomentar la circulación sanguínea y mantener los músculos
elásticos y funcionando a tope.
Si por el
contrario ya padecemos un acortamiento lo ideal es recibir masajes que
nos ayuden a descongestionar las fibras y devolver al músculos su flexibilidad
habitual. Existen casos extremos que nos obligan a recurrir a tratamientos
médicos para recuperar el estado de los isquiotibiales.
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