Maratón de Boston por Lili Muiño
There’s only one Boston!! Tal
cual lo indica su slogan Boston es una de las maratones más lindas, por su
recorrido y su gente, pero también de las más duras que he corrido, aunque esta
expresión podría relativizarse tal vez si el tiempo hubiera sido más benévolo.
De todos modos mi lección aprendida es que para ir a Boston hay que estar
realmente preparado física y mentalmente porque las constantes subidas y
bajadas son el leiv motiv del recorrido, entonces para no sufrir y disfrutar la
carrera hay que estar bien entrenado.
Voy a tratar de no repetir comentarios del otro cronista corredor David a quien felicito por el tiempo que logró, pero si quiero destacar, porque creo que los organizadores de carreras en Argentina deben aprender de esto, la impecable organización de la carrera: es tan rápido el retiro del número, la remera y los regalos de los sponsors que te dan realmente ganas de quedarte en la expo maratón y sacarte fotos en cuanto rincón tenés libre para palpitar la emoción de correr esta distancia.
No hace falta nada más que una identificación, en este caso nos habían enviado el pasaporte runner por correo, para ingresar primero a la mesa donde por número de corredor te dan el BIB NUMBER con el chip incluído, y luego por talle y género se retira la bolsa YA PREPARADA con la remera y los regalos. No hace falta deslinde, ni certificado médico, ni comprobante de pago, todo esta chequeado en el sistema. De aquí en más ni hablar de la organización el día de la carrera, impecable salvo por un detalle: no daban frutas, algo que me hubiera venido muy bien!!!
Voy a tratar de no repetir comentarios del otro cronista corredor David a quien felicito por el tiempo que logró, pero si quiero destacar, porque creo que los organizadores de carreras en Argentina deben aprender de esto, la impecable organización de la carrera: es tan rápido el retiro del número, la remera y los regalos de los sponsors que te dan realmente ganas de quedarte en la expo maratón y sacarte fotos en cuanto rincón tenés libre para palpitar la emoción de correr esta distancia.
No hace falta nada más que una identificación, en este caso nos habían enviado el pasaporte runner por correo, para ingresar primero a la mesa donde por número de corredor te dan el BIB NUMBER con el chip incluído, y luego por talle y género se retira la bolsa YA PREPARADA con la remera y los regalos. No hace falta deslinde, ni certificado médico, ni comprobante de pago, todo esta chequeado en el sistema. De aquí en más ni hablar de la organización el día de la carrera, impecable salvo por un detalle: no daban frutas, algo que me hubiera venido muy bien!!!
En mi caso clasifiqué con el
tiempo que logré en la maratón de Rosario en 2014 de 3.30.30, bastante holgado
en relación a lo que me exigían para mi rango de edad 50-54, lo cual me
permitió inscribirme el primer día de apertura y asegurarme el ingreso.
Estuve en EEUU casi un mes antes
de la carrera ya que visité a mi hija mayor que esta viviendo en Austin (Texas)
con su marido, ambos realizando estudios de posgrado. Pude entrenar en Austin
con un terreno similar al que luego me
presentó Boston de colinas, e incluso participé de los 10 km de la ciudad con
un tiempo muy bueno considerando los desniveles de 45 minutos, quedé tercer
puesto en la categoría una semana antes de la maratón. Lo que si me faltó fue
preparación física ya que ese mes previo no hice trabajo de gimnasio, creo que
esto lo sentí a partir del km 25 en Boston.
El día de la carrera mi turno era
la tercera oleada (wave 3) en el primer corral. Llegué a la villa de los
atletas en Hopkinton (una especie de barrio cerrado con casas muy lindas) a las
9.00 am y mi horario de largada era 10.50. Si bien no faltaba nada en cuanto a
bebidas y comida el frío era insoportable, y como no tomo café porque me cae
mal me fue imposible entrar en calor, a pesar de lo cual la espera se me pasó
rápido y pronto estaba camino al corral donde increíblemente logré estar en adelante
por primera vez en 17 maratones que tengo en mi haber!! Fue super emocionante
porque además presencié el ritual del disparo que nos dio la orden de largada.
El recorrido arranca con una
bajada increíble y por tanto el ritmo es infernal, aquí cometí el error, elegí
una mala estrategia ya que hasta el km 21 fui más rápido de mi promedio normal
(hice en 45 los 10 km y 1.39 los 21 km) y por tanto a partir del km 25 empecé
a sentir que las piernas ya no estaban tan bien como para sostener el ritmo. No
llevé guantes y tenía las manos congeladas ya que llovió a lo largo de los
42.195 km con apenas 3 grados de temperatura. No podía abrir el cierre de mi
campera impermeable para sacar las gomitas gu que además estaban congeladas!!.
A partir del km 25 tuve que pararme en los puestos de agua y gatorade porque
tenía las manos tan congeladas que se me caía el vaso si quería hacerlo
corriendo. Por tanto del km 30 en adelante todo fue padecimiento y seguir
adelante como pude ya casi acalambrada y tratando de sobrellevar cada subida,
bajada y falso plano que presentaba el terreno.
Esta vez como nunca antes me
pasó, la cabeza me hizo terminar en un tiempo decoroso de 3.37.48. Pensar en mi
familia, sobre todo que mi esposo que siempre corre conmigo esta vez no estaba,
mi hija mayor que me estaba siguiendo y esperando en la meta, el constante
aliento del público que además en los últimos 5 km se hace ensordecedor, todo
contribuyó para que pudiera llegar. Pasar la meta fue todo un logro, o al menos
así lo sentí yo después de pasar tanto frío y cuando ya el cuerpo no me daba
para más. Fue una odisea llegar caminando hasta el meeting family para
encontrarme con mi hija, temblaba, no podía hidratarme y casi ni caminar pero
la medalla ya la tenía colgada y la llevaba con orgullo.
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