Runners Viajeros: El Origen 2018 (por Seba Solimo)
Se disputaría en Portillo, Chile y Aconcagua, Argentina los días 1,2 y 3 de marzo de 2018. Llegar al centro de Sky Portillo, epicentro de la carrera, con sus grandes hoteles, lodges y sectores de carpas, suponía toda una aventura sensorial extraordinaria para todos, pero sobre todo para aquellos
corredores de “ciudad” como yo, que no tenemos acostumbrada la vista a la
majestuosidad e inmensidad de las montañas y paisajes tan abiertos como los de
la Cordillera de los Andes.
El día 28 de febrero se realizó la entrega
de kits en unos de los tantos salones que dispone el hotel Portillo, salvo
algún que otro retraso originado por los sistemas, que a veces juegan una mala
pasada y algún que otro retraso por temas aduaneros, todo se desarrolló con
normalidad, con una calma extraña ya que la ansiedad en todos los corredores
era evidente. Se podía respirar en todos y cada uno de los rincones del
complejo adrenalina deportiva, ansiedad contenida, ganas contenidas en todos y
cada uno de los rostros de las personas que transitaban por el lobby, las
confiterías, bares y distintos sectores del hotel. Era evidente que algo
importante se estaba gestando, la geografía del lugar presagiaba una
experiencia única, una inmensa laguna color turquesa llamada “Laguna del Inca” era
el marco que podía apreciarse todo el tiempo con solo mirar por las ventanas,
esta laguna enmarcada por enormes montañas con sus picos nevados hacía el marco
ideal para la gran aventura que estaríamos próximos a vivir.
La tarde noche previa a la carrera fue la
charla técnica, dónde nos contaron las dificultades con las que nos
encontraríamos al día siguiente, dónde estarían los puestos de hidratación, de
que deberíamos cuidarnos, qué elementos eran obligatorios llevan en la mochila,
y demás detalles para que no haya inconveniente alguno y nos dediquemos a
correr y disfrutar. Un imprescindible fue: “lleven para tomar fotos”. Y no se
equivocaron.
Día 1 de carrera, el más largo de los 3,
serían unos 37kms con subida al Penitentes, según planificábamos serían
alrededor de 7 u 8 horas de competencia.
Salimos temprano hacia los transfers que
nos llevarían al Parque Aconcagua,
laguna Los Horcones, el punto de partida. La emoción era incontenible. Al fin,
horas y horas de entrenamiento, de subidas a toda escalera que se nos cruzase
durante el año previo y cuestas para ir
aclimatando y acostumbrando las piernas, iban a cobrar sentido en competencia.
Llegamos al Parque Aconcagua un ratito
antes de las 9 y a los pocos minutos ya partimos. Ese día desde Horcones hasta
Penitentes pasando por el Puente del Inca, transitando por senderos de mulas
entre piedras y tierra, por momentos con precipicios enormes, cruzando cursos
de agua que bajan de las montañas, todo bajo un impecable cielo mendocino que
mas celeste no podía ser, era todo mágico, todo funcionaba perfecto, el clima,
los paisajes, la naturaleza, todo conjugado para hacer una experiencia única. A
eso de las 17 horas se terminaba la jornada deportiva para quién escribe, fue
todo un desafío correr y caminar por las montañas y alimentarse e hidratarse
todo el tiempo. El cuerpo y la resistencia física y mental son puestos a prueba
todo el tiempo. Una vez terminado este primer día, volvimos al hotel a comer,
por suerte la organización dispuso que el almuerzo fuese hasta las 18 horas,
pero muchos de tan cansados ni hambre teníamos, pero si estábamos todos
emocionados por haber pasado con éxito la 1er jornada, que era la más dura.
Los días 2 y 3 fueron muy parecidos en intensidad
aunque algo más técnicos, fueron 17 y 22 kms respectivamente, para cerrar unos
76 kms totales, en los que no faltó nada, desde el cruce de un río muy
caudaloso para lo cual había que ir con una soga, con temperaturas del agua
bajo cero, hasta descensos de montañas super rápidas y muy divertidas por lo
vertiginosas. Pura aventura en su máxima expresión. Subida al Cristo Redentor
de las cuevas, a casi 3900 msnm y bajadas abruptas muy técnicas denominadas
“acarreos” es lo más parecido a esquiar sobre tierra, piedras y arenillas en las
laderas de las montañas y claro está, sin skys, a puro talón y bastonazos para
frenar los descensos.
Por último la carrera terminaría con una
jornada digna de admiración, subir desde la base en el parque nacional Juncal,
base de la famosa ruta “los caracoles” a través de toda la traza abandona del
tren trasandino, obra de ingeniería si las había, una verdadera obra de arte de
la ingeniería moderna totalmente abandonada causaba cierta nostalgia en el
alma. Tuvimos que atravesar más de 10 túneles de distintos largos, algunos de
ellos muy oscuros por lo que las linternas eran clave, dónde supo pasar el tren
que unía Argentina con Chile allá lejos y hace tiempo.
El Origen 2018 no fue una carrera de trail
mas, fue una carrera única. No faltó nada y no falló nada. La geografía, la
organización, el hotel, las comidas, los transfers, los colaboradores, los
corredores, la camaradería, las montañas, los ríos, los puentes, todo pero todo
de verdad se conjugó para hacer de la edición 2018 una de las más maravillosas
experiencias deportivas para los que participamos de ella.
De más está decir que la edición 2019 nos
tendrá por ahí…
Por Sebastián Solimo
Comentarios
Publicar un comentario