Acortamiento: Los Músculos isquiotibiales
La musculatura de las
piernas es una de las que más sufren a lo largo de la jornada, y es que éstas
aguantan todo el peso de nuestro cuerpo. Una de las partes que más sufre es la
zona de los isquiotibiales. Este grupo
muscular se encuentra en la parte trasera de la pierna, de forma enfrentada a
los cuádriceps. Se utilizan a la hora de flexionar la rodilla y como extensores
de la cadera. Son músculos antagonistas, y esto es lo que les lleva a sufrir
algunos problemas como su acortamiento,
algo que debemos tener presente y evitar.
Los isquiotibiales
intervienen en todos los movimientos que realizamos con las piernas, ya que es
una de las partes que más se ve implicada. Por este motivo es fundamental que
tengamos presente conservar su salud a toda costa. El acortamiento de los mismos
traerá consigo rigidez muscular que iremos notando con el paso del
tiempo, ya que no nos permitirá realizar los movimientos
habituales con normalidad, además de llegar a causarnos dolor, calambres y
demás molestias que no nos dejarán realizar una vida normal.
Tener un acortamiento
de los isquiotibiales nos impedirá realizar con total normalidad algunos
ejercicios. Este problema puede ser leve, pero en muchos casos debe requerir
atención médica a causa de que el dolor y las molestias que provoca son muy elevadas.
Normalmente se produce a causa de la acumulación de tensión en esta zona, y la
falta de relajación muscular que lleva a que las fibras que conforman los
isquiotibiales se concentren y terminen por montarse las unas con las otras y dotar
al músculo de una rigidez que lo hace más corto. Cuando esto
sucede es cuando surgen los problemas de dolores de rodilla a causa de la
tensión y de descompensaciones en la pierna.
El acortamiento de los
isquiotibiales se puede evitar si seguimos una serie de pautas.
- En primer lugar: estiramientos que nos permitirán eliminar tensión de éstos, fomentar la circulación sanguínea y mantener los músculos elásticos y funcionando a tope.
- Si por el contrario ya padecemos un acortamiento lo ideal es recibir masajes que nos ayuden a descongestionar las fibras y devolver al músculos su flexibilidad habitual.
Existen casos extremos
que nos obligan a recurrir a tratamientos médicos para recuperar el estado de
los isquiotibiales.
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